#LAVEDRADTRASLACONSULTA tiene la intención de cambiar la conversación acerca de la Consulta hacia lo fundamental, para hacer énfasis sobre la importancia de las víctimas y la defensa de sus derechos humanos por tres razones:

Uno, los derechos humanos se garantizan y no se consultan. Nacemos con ellos, están protegidos por la Constitución Mexicana y los tratados internacionales y no pueden ser negados a nadie.

Dos, una Consulta no es necesaria para hacer valer los derechos humanos.

Y tres, el debate principal de la Consulta debe centrarse en la forma más eficaz de garantizar los derechos de las víctimas y la creación de una Comisión de la Verdad.

Más allá de estar a favor o en contra de la Consulta, nuestro papel es hablar desde la perspectiva de las víctimas que han sufrido violaciones graves de derechos humanos. #LaVerdadTrasLaConsulta es una campaña a favor de las víctimas. Buscamos exigir la creación de mecanismos eficaces y urgentes para que promuevan la construcción de la paz.

La obligación del Estado es garantizar los derechos humanos, independientemente del resultado de la Consulta. Los derechos humanos son inherentes a las personas y están protegidos por la Constitución Mexicana y los tratados internacionales

No. El juicio para expresidentes es un enfoque mediático incorrecto e impreciso dentro de las versiones de información y opiniones que se generaron respecto a la Consulta. Decir que la Consulta es para enjuiciar a los expresidentes es alimentar la campaña de desinformación. Por esta razón, las organizaciones decidimos emprender una campaña en la que las víctimas y su derecho a la verdad sean colocadas en el centro del debate.

Porque dar visibilidad a las víctimas es imprescindible cuando hablamos de la Consulta. Queremos decirles que los derechos humanos no se consultan. Que, sea cual sea el resultado de la Consulta, no exime al Estado mexicano de sus obligaciones con los derechos humanos. Coincidamos en que las víctimas merecen justicia y los perpetradores sanciones.

La realidad es que nuestro país atraviesa una crisis de derechos humanos de consecuencias humanitarias sin precedente en su historia. Durante más de una década, los derechos humanos de cientos de miles de personas, mexicanos y extranjeros, han sido violentados de manera sistemática y en el caso de algunas violaciones graves, como la tortura y la desaparición y las ejecuciones en determinadas regiones del país, ha sido de manera generalizada.