“Contamos nuestras historias para sanar, visibilizar, ayudar, no permitir y para no olvidar.“
Familiares de sobrevivientes de tortura.
Voces: Testimonios de sobrevivientes de tortura y familiares
“Vivimos un camino que no elegimos,
luchamos para que no te pase a ti.
Escucha la injusticia de nuestras historias.
Esto que me pasa a mí no quiero que te pase a ti.”
Familiares de sobrevivientes de tortura.
En este apartado, te presentamos a Damián, Rogelio, Luis, Jaime, Enrique y Rodrigo; personas que al igual que tú, tienen sueños, anhelos y metas por cumplir. Son sobrevivientes de tortura, personas a quienes les fabricaron delitos y que junto a sus familiares emprendieron una batalla incansable por recuperar su libertad.
Sus historias deben ser escuchadas para ayudar a romper con las atroces prácticas emprendidas por el gobierno de aparentar justicia y rendir cuentas a la sociedad fabricando culpables y torturando a personas inocentes; lo que ellos vivieron le podría suceder a cualquier otra persona. ¿Cómo puedes apoyar? ¡Conoce sus historias y compartelas, juntas/os podemos ayudar a romper con estos estigmas y abonar por una mejor sociedad!
Damián Gallardo Martínez
Indígena Ayuujk de Santa María Tlahuitoltepec, Oaxaca. Maestro, defensor de pueblos indígenas y miembro de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación.
“Amo a mi comunidad, amo a mi familia, amo las causas justas, me indigna tremendamente la injusticia, me indigna cualquier acto que atente contra la dignidad de otra persona.”
Fue detenido el 18 de mayo del 2013 en el marco de las protestas sociales que manifestaban su rechazo a la reforma educativa durante el sexenio de Enrique Peña Nieto.
A Damián le arrebataron su libertad argumentando que era parte de una banda de secuestradores; después de una incansable lucha, logró recuperar su libertad el 28 de diciembre 2018. El Estado le arrebató su libertad por cinco años y siete meses. Damián Gallardo es un sobreviviente de tortura.
¿Qué me gusta y amo? ¿Qué me indigna?
A la sociedad me gustaría pedirle lo siguiente
“Soy una persona sencilla, me gusta la naturaleza, me gusta disfrutar del campo, me gusta vivir con dignidad.”
Rogelio Amaya Martínez
Rogelio es de Ciudad Juárez Chihuahua y tenía 27 años cuando trabajaba en el almacén de un supermercado. El 11 de agosto del 2010, después de una larga jornada de trabajo, tomaba un par de cervezas con amigos, fueron al poco rato a realizar un mandado y en el camino los detuvieron camionetas de la Policía Federal, se los llevaron justificando que se encontraban en estado de ebriedad.
“Soy una persona fuerte, que ha aprendido a valorar muchas cosas, a usar esta experiencia para algo positivo. Ahora mi visión es ayudar a más víctimas, a más familias. ”
Sin resistirse y sabiendo que se trataba de un asunto menor, acompañaron a los oficiales: no sabían que los siguientes días serían torturados para obligarlos a aceptar la responsabilidad de delitos que no habían cometido, llevados a Ciudad de México y presentados ante medios de comunicación como “terroristas” encargados de la exploción de un coche bomba en Ciudad Juárez; un hecho que Rogelio había visto a través de la televisión el 15 de julio de ese mismo año, mientras se encontraba en casa con su familia viendo las noticias, como lo hacía cotidianamente. Lo torturaron para que firmara la responsabilidad por ese atentado.
Estuvo en prisión injustamente por tres años y siete meses. En libertad, Rogelio reconstruye su vida a lado de su familia, lidiando ahora con la desconfianza por parte de la población que aceptó la imagen que los medios de comunicación crearon sobre él. Escucha su historia, Rogelio tiene derecho a rehacer su vida, a tener nuevos triunfos, metas y anhelos junto a su familia.
Un obstáculo al que me enfrente al regresar a mi vida
Un medio local generó duda en la sociedad
“Tengo hijos y eso me motiva a seguir luchando. Mi intención es intentar dejarles un mejor país, donde puedan vivir a gusto, sin miedo, donde no se les violenten sus derechos.”
Luis Edgardo Charnichart Ortega
De la Huasteca Potosina, defensor de los pueblos originarios, periodista, profesor y artista digital. Actualmente es investigador cultural y director editorial de la revista Caudillo.
En la madrugada del 09 de noviembre de 2013, Luis Edgardo se encontraba en casa de su amigo de la infancia Juan Carlos Soni Bulos, cuando elementos de la SEMAR irrumpieron en el hogar, les taparon los ojos, los amarraron y se los llevaron a una bodega donde fueron torturados y obligados a autoinculparse por delitos de armas y drogas.
“A mí me gustaria que la sociedad me tomara como una prueba viviente del crimen y terrorismo de Estado que existe en México. Soy una prueba de lo que sucede cuando el poder se le da demasiado poder.” – Luis Edgardo Charnichart Ortega, sobreviviente de tortura.
Luis Edgardo estuvo injustamente más de un año en prisión, es sobreviviente de tortura y tiene derecho a rehacer su vida, libre de estigmas. De la mano de su familia y amigos va creando nuevos proyectos y metas; en casa construye un bello jardín junto a su pareja, es amante de la naturaleza y constantemente se encuentra inmerso en la aventura que la Huasteca ofrece entre sus bellos paisajes y su asombrosa misticidad.
Necesitamos una sociedad más empática
Luchar por los derechos es luchar por la libertad.
“A mí me gustaria que la sociedad me tomara como una prueba viviente del crimen y terrorismo de Estado que existe en México. Soy una prueba de lo que sucede cuando el poder se le da demasiado poder.”
Luis Edgardo Charnichart Ortiz, sobreviviente de tortura.”
Familiares: compañeros y compañeras de lucha
Los familiares de los sobrevivientes de tortura son incansables luchadores y luchadoras, que con rabia, fuerza y con la frente en alto, alzan la voz por justicia.
“Vivimos un camino que no elegimos, luchamos para que no te pase a ti, sufrimos impunidad, queremos una sociedad más justa. Escucha la injusticia de nuestras historias. Esto que me pasa a mí no quiero que te pase a ti.” Familiares de sobrevivientes de tortura
Su rol en estos casos no es sencillo: se adentran en documentos, leyes y términos que les eran antes desconocidos; trabajan arduamente por conseguir los medios económicos suficientes para subsistir, pagar por la defensa del caso y ayudar a su familiar que -en muchas de las ocasiones- está privado de la libertad; además, se encargan de sacar adelante una familia que por el momento, tiene un integrante menos que el Estado les ha arrebatado; y luchan ¡con una inmensa fortaleza y coraje por lograr la libertad de su ser querido que es inocente!
En los casos en los que la personas sobrevivientes de tortura recuperan su libertad y pueden -finalmente- reunirse con su familia para crear nuevas metas en conjunto, se enfrentan a un gran obstáculo: a una sociedad que acepta la imagen que el Estado fabricó de las víctimas, por lo que asumen que las víctimas son criminales y les juzgan, hasta el punto donde no les permiten reintegrarse a sus trabajos y llegan a perder amistades y las relaciones que antes tenían con cotidianidad. Escucha sus historias y démosles la mano, luchemos por exigir alto a la tortura y rompamos estigmas.
“Aunque nuestros contextos son diferentes, somos y sentimos como cualquier otra persona, tenemos el mismo derecho a una vida digna, segura, sin miedo y queremos justicia no indolencia e indiferencia.”
Familiares de sobrevivientes de tortura