Un caso paradigmático ejemplifica una situación violatoria de los derechos humanos, amplia y reiterada, cuya causa principal son los problemas estructurales del Estado mexicano que le impiden cumplir con sus obligaciones de respeto y garantía de los derechos humanos.
La Comisión Mexicana de Defensa y Promoción de los Derechos Humanos defiende diversos casos paradigmáticos a través del litigio estratégico de los mismos. Este litigio se debe entender como aquellas acciones de carácter judicial, político, de incidencia, de difusión y comunicación, psicológico, etc., encaminadas a garantizar la justiciabilidad de los derechos humanos ante las instancias nacionales e internacionales pues lo que se pretende, es que a través del precedente logrado las normas de derecho interno se refuercen y alcancen el nivel buscado en los estándares internacionales, al tiempo que se logra un acompañamiento integral de las víctimas.
El litigio estratégico de casos en particular y el impacto que éste produce, pretende un cambio legal con implicaciones sociales, a la vez que permite avanzar en la protección de los intereses de la víctima y de futuras personas en las mismas situaciones. El hecho que servirá de fuerza disuasoria sobre el Estado afectará e impactará ante la opinión pública nacional e internacional, y permitirá (mediante la obtención de decisiones en casos paradigmáticos) el avance hacía modificaciones estructurales.
Adicionalmente al caso y su decisión, la eficacia del litigio estratégico depende de la estrategia de comunicación desarrollada alrededor del caso, pues el contacto con los medios de comunicación para su difusión servirá para ampliar el potencial del caso y garantizar el cumplimiento de las decisiones obtenidas por las autoridades públicas. En otras palabras, “el judicial” es sólo una entre varias dimensiones posibles para las acciones de defensa de un caso.
Tenemos la convicción que los cambios en el sistema se pueden lograr a través de los mismos mecanismos legales, pensando en que el derecho puede ser la guía de las relaciones sociales. Por lo tanto, el litigio estratégico debe sustentarse no como una herramienta más dentro de una defensa integral de un caso; sino establecerse como uno de los objetivos centrales institucionales, pues permite usar y cuestionar al sistema de justicia mexicano en su efectividad para la protección de los derechos humanos, llegando a influenciar de manera directa en la creación de políticas públicas con una perspectiva de derechos humanos.